Algo azul Algo nuevo, Algo prestado

Las supersticiones de la moda

El mundo se divide entre dos especies irreconciliables: supersticiosos y no supersticiosos. Ninguna persona del grupo 1 entenderá jamás a las del grupo 2, y al contrario.
Por si acaso las novias llevan el día de su boda algo azul, algo prestado, algo nuevo y algo viejo, aunque es una superstición que se ha demostrado del todo ineficaz. Por si acaso no abrimos el paraguas dentro de casa, ni dejamos un sombrero sobre la cama, ni nos vestimos de amarillo (aunque esto solo vale para los actores de teatro). Algunos hasta tienen prendas fetiche y los calcetines de la suerte sufren un desgaste extra en momentos clave para conjurar la suerte: oposiciones, entrevista de trabajo, primera cita. Pero, ¿por qué hay tantas supersticiones relacionadas con la ropa?

En esta foto vemos a Diana que llevaría. Algo azul, algo nuevo, algo prestado, como sabemos aquí algo totalmente ineficaz, la vida hace algunas personas el camino muy duro, e incapaz de salir a flote.
Trajes para soñar y otros para triunfar
El 29 de Noviembre se celebró una subasta en Londres con prendas de Amy Winehouse, Elizabeth Taylor o Diana de Gales.

El vestido de Disaya, diseñadora afincada en Tailandia, que luce Amy Winehouse en la portada de su segundo disco Back to Black, en 2006. EL vestido fue elegido por Louise Winwood, amiga y estilista de la cantante. Se vende para recaudar fondos para la Fundación Amy Winehouse que se ocupa de “ayudar a los jóvenes en Gran Bretaña y en el extranjero”. El precio recomendado es entre los 11.600 y los 23.000 euros.
El Balenciaga dorado tipo sari (numerado con el 92.934), que lució Elisabeth Taylor el 2 de diciembre de 1964 para asistir, del brazo de Richard Burton, a un gala en el Lido, en París. Se estima que el lote salga por un mínimo de 35.000 euros y un máximo de 58.000 euros.
El traje de encaje blanco diseñado por Edith Head (¿o por Givenchy?) y que Audrey Hepburn lució en Vacaciones en Roma, así como cuando fue a recoger el Oscar por su papel junto a Gregory Peck. Aunque la diseñadora oficial de la película era Edith Head, Audrey pidió a Hubert de Givenchy que hiciera sus vestidos. La combinación entre el estilo personal de Hepburn y las creaciones sofisticadas de Givenchy causaron sensación y la película ganó también el Oscar al mejor vestuario. Sin embargo, Edith Head se atribuyó los créditos y recogió el galardón. Se estima que el vestido se venda por entre 46.500 euros y 70.000 euros.

Los zapatos de repuesto de la boda de Diana de Gales, diseñados por Clive Shilton y hechos a mano a medida de la princesa en 1981. Están sin estrenar. Clive Shilton contaba aquel año cómo fue el trabajo: “Como era alta, los zapatos tenían que ser planos, así que creé unas bailarinas únicas, que se hicieron tomando las medidas del pie de Lady Di. Había que cambiar continuamente las medidas, pues no paraba de perder peso”. El precio rondará entre los 58.000 y los 81.000 euros.
Cuatro damas en serie
Las cuatro directoras de vestuario más importantes del momento explican cómo se recrea una época a través de la ropa. Mildred Pierce, Jennifer Saunders, Downton Abbey, Cristina Ricci.
Para recrear el look de Veda Pierce, Paula lleva vestido de Rouland Mouret para Net-a-porter, estola de zorro de Ramiro Guardiola, collar de diamantes de Bárcena, broche de diamantes y oro blanco de Vendôme y guantes de napa de Varadé
Carolina Bang, como Patsy Stone. Para emular al personaje, Carolina luce bolero de plumas de Zara, pendientes de Giorgio Armani y collar de Hermès.
Irene Montalá, como Lady Mary Crawley. La actriz española lleva vestido de Christian Dior, tiara de oro blanco y diamantes y pulsera fina, ambas de Bárcena; brazalete de Vendôme.
Macarena Gómez, como Maggie Ryan. Para hacerse azafata, viste chaqueta y falda, ambas de Rochas; camisa de Ángel Schlesser, guantes de Varadé y bolso de Jil Sander.

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